LA MUERTE
En la historia de la humanidad la muerte es una constante que no ha dejado paradójicamente de evolucionar. La muerte es a la vez un momento ante el que no se puede hacer trampas y una secuencia rodeada de misterio. Tradicionalmente se la ha visto como una puerta abierta hacia el más allá, lo que originó todo un sistema de gestos y rituales de acompañamiento. Aunque variables a lo largo de la historia y de las diferentes culturas.
La buena muerte
Llega la hora de morir, es conveniente reforzar la vigilancia para facilitar al moribundo la separación del cuerpo y el alma, pero también por la seguridad de los vivos. Al moribundo se le ponen los pies en contacto con la tierra, se le sacude violentamente, se le mete en un sudario, etc. El ritual de la muerte debe de ser respetado para beneficio de todos, moribundo y vivos. Cuando este ritual no es respetado se provoca el odio y la ira de los difuntos. Este suele ser el caso de las muertes violentas, prematuras:accidentes, partos, suicidios, asesinato. , que se diferencian de la representacion de la muerte "normal"; la que llega en el momento preciso, a su hora, la que permite preparar los ritos como es debido. Esta muerte viene anunciada por signos, por augurios pero los moribundos lo saben.
Hay dos casos que rompen la regla y aun asì se consideran una Buena muerte: los santos y los guerreros.
Los santos que mueren por martirio, de forma repentina, mueren por designio de Dios y para ejemplo de los hombres. Además su vida comienza después de la muerte del cuerpo en el paraiso.
Si la muerte en la guerra no estaba considerada
como una muerte vergonzosa es debido a que la
sociedad está fundada sobre los modelos
de la caballeria y una de las funciones de la
caballeria es la guerra. Sin embargo, a partir de
siglo XIII y debido a los aires más pacifistas
que corrian incluso esta muerte empezo a estar
mal vista
Asistimos así a todo un elogio de la buena muerte " aquélla que es esperada, preparada, que permite hacer las paces con Dios y los hombres: » De morte repentina libera nos Domine (líbranos señor de una muerte repentina) « Esta idea se ve en la muerte de los santos, de los héroes, el ideal caballeresco presente en la chanson de geste, así en la Chanson de Roland, el héroe se pone en postura de comendatio animae para entregar su alma a Dios.
A la hora de morir
Los moribundos han de realizar todo un ritual, que no es muy diferente según el nivel social. Como puntos clave de este ritual cabe destacar :la confesión seguida de la absolución y la comunión. En realidad, este ritual es bastante más complejo que todo eso. Asì si tomamos a Guillaume le Marechal, perfecto caballero, ejemplo para el resto de la sociedad, podemos ver todo el proceso con más detalle.
Guillaume es viejo, está enfermo y se siente morir, sabe que ha llegado su hora y lo acepta. Lo único que puede hacer es prepararse para ese último momento de su vida y mantener hasta el final su rango y su honor teniendo una « buena muerte ». Convoca a sus caballeros, a su hijo mayor, formándose asì un cortejo que le va a acompañar a lo largo de toda esta representación teatral que es la muerte principesca. Desde un principio parte con buen pie en este último recorrido, puede elegir el lugar donde quiere morir, en su propia casa, rodeado de los suyos. Una vez rodeado de toda esta gente que está ahì para llorarlo pero también para dar fé, como testigos de una buena muerte, comienza el espectáculo.
El primer acto de este complejo ritual consiste en renunciar a titulos y cargos. El segundo acto es el testamento, si bien la costumbre es ley y todo el mundo la conoce se pone por escrito, no tanto por una cuestión legal sino más bien como parte del legado familiar, como una parte de la historia familiar fijada para siempre. Los testamentos, episodio mitad sagrado mitad profano, no son todavìa una practica común extendida por toda Europa, se generalizará su uso en los siglos XIV y XV. El reparto de la herencia de Guillaume cumple con la costumbre de la época de dejar el patrimonio al hijo mayor. Esta disposición es muy corriente en la época para impedir la disgregación de la herencia. No obstante, también va a dejar a los demás hijos una cierta herencia, rentas, tierras compradas con su dinero, etc. El tercer acto comienza cuando ya solo le ata a este mundo la preocupación por su cuerpo. Asì pues dispone como se le ha de enterrar, las telas para envolverlo y donde se le ha de enterrar, etc.
He aquì un hombre libre de ataduras mate-riales, un hombre preparado para morir. Es en este momento que la gente que le acompaña toma verdaderamente consciencia de que se muere, comienza el duelo y las lágrimas. Lo importante aquì no es que lloren las mujeres, a eso no se le concede importancia, sino las lágrimas de los hombres que pierden a su señor.
Finalmente llega la hora de comenzar a preo-cuparse del alma y entramos en el terreno de la religión. En el momento de morir hay que confesar
Los pecados, las malas acciones e intentar re-pararlas, para estar a bien con Dios y los hom-bres. Para ganar el Paraiso se debe de pasar limpio al otro lado, claro que también es con-veniente repartir donativos a la iglesias, con-ventos y limosna a los pobres. La idea es que se ha de pasar casi « desnudo », es decir sin alardes de riqueza, lo cual genera un gran cantidad de religiosos a los pies del moribundo y de pobres en la puerta de la casa. Una vez confesado, se le concede la absolución y finalmente la comunión para cumplir con los trámites de la muerte cristiana.
Aun asì el caso de Guillaume es cuando menos curioso. Normalmente se espera del moribundo que deje un último legado, una especie de enseñanza moral, admitiendo sus defectos y faltas en un último ejercicio de humildad. Guillaume no sólo no está por la labor sino que arremete contra los que intentan rebajarle en ese momento final de su vida.
Guillame le Marechal muere despues de un larga agonìa, el alma ha partido y solo queda el cuerpo que comienza asi un peregrinaje de iglesia en iglesia hasta su morada final. Las misas por su alma y su cortejo le acompaan ese último tramo del viaje hasta llegar a la iglesia donde será enterrado y donde su hijo levantará un monumento funerario para dejar constancia de su existencia por los siglos venideros.
El ritual cambia de la primera parte de la Edad media a la segunda. La iglesia se apropia de la ceremonia, se aaden nuevos elementos (lavar el cuerpo)y se cambian otros como el cortejo funebre y el duelo.
El duelo pasa de ser esa expresión desgarrada de dolor, de barbas arrancadas, de ropa desgarrada, a un duelo más sobrio por medio de la ropa de color negro.
El cortejo funebre pasa de ser el acompaamiento de la familia y los amigos del difunto, a un cortejo dominado por la figura del clerigo y un acompaamiento de pobres que participan en el cortejo. Sin olvidar que el cadaver pasa de estar expuesto hasta ser enterrado a estar encerrado en un ataud.
Una vez enterrado no se acaba aquì la historia, hay todavìa que seguir unos pasos :las misas por el reposo de alma, los aniversarios de su muer-te, etc.
__La misa y su evolucion__
La misa también tiene una historia y una evolución. Asì que cuando vemos casos como el del seor de Angovain que en el ao 1338 pedìa en su testamento que se le dijesen 25000 misas por el reposo de su alma, es normal preguntarse el origen de esta excentricidad. En realidad no es tan extrao, es bastante normal el hecho de dejar dispuesto en su testamento este tipo de cláusula, lo raro es quizás el elevado número pero incluso esto tiene una explicación.
La repetición y la acumulación de misas son en esta época el mejor modo de asegurarse la salvación. Acumular misas no es una novedad de principios del XIV ya que en los siglos XI y XII los monjes celebraban numerosas Misas por los poderososos. Esta multiplicación de misas no dejaba de inquietar a un gran número de téologos y no hay que olvidar que Lutero protesta no solo contra las bulas e indulgencias sino también contra la abominación de las misas bajas (acumulación de misas por la salvacion de un alma a cambio de ciertas sumas de dinero).
¿Cómo explicar el gran éxito de estas misas en los primeros siglos de la Edad Media ?En parte, sin duda, a causa del sistema organizado de peni-tencias de la epoca que es casi una lista de tarifas, las penitencias estaban medidas en dìas, semanas, meses y aos de ayuno, acumulables pero también subceptibles de « comprarse » con dinero o misas. Los poderosos no dejan de repartir donativos a abadìas y monas-terios por la salvacion de su alma pero también para cumplir con el espiritu feudal de la genero-sidad con ostentación. En principio estas misas lo unico que permiten es una reduccion de pena aquì abajo, en cuestión de penitencias. Sin embargo a partir de los siglos XII y XIII con la invención del purgatorio van a tomar una importancia inmensa ya que van a permitir una reducción de la condena en el purgatorio ;evitar el sufrimiento acumulando misas, indulgencias, etc. Al principio solo los poderosos podìan beneficiarse de este comercio pero poco a poco la clientela se fue agrandando y asì en el siglo XIII se habìa ampliado tanto que hasta los ciudadanos (los habitantes de las ciudades) notables podìan acceder a estas prebendas.
Por otra parte los aniversarios son más baratos y por lo tanto más accesibles a campesinos, comerciantes, artesanos ;etc.
Hacia 1330-1340 aparecen un nuevo tipo de misas que son más o menos por encargo y que no corresponden a ninguna de las categorias existentes. Se trata de acumular el mayor número posible de misas en las primeras horas, primeros dias después de la muerte.
Los nobles y la gente que vive en la ciudad son los más exigentes, en el campo es más bien un fenómeno que no llegó a adquirir las mismas proporciones.
Otra posible explicación a esta evolución de la misa serìa la aparición de una mentalidad nueva. En esta epoca hay toda un serie de censos, catastros, cálculo de intereses, uso de la letra de cambio, etc.
Posiblemente lo único que se hizo fue pasar del plano de la vida cotidiana al plano espiritual. Se aplica el mismo sistema, se cuenta, se calcula, se cambia un cierta cantidad de dinero (transformado en misas o no) por una cierta reduccion de la estancia en el purgatorio. Hay una racionalidad nueva del mercader, del ciudadano, lo cotidiano ya no está esta aislado de lo espiritual, en cierta forma es un mentalidad mucho más práctica que las utopìas de la caballerìa.
Al final de la Edad Media y a causa de la gran crisis los clérigos van a aceptar rebajar el precio de las misas repetitivas para poder vivir mejor o en algunos casos simplemente sobrevivir. En estas condiciones incluso los más pobres pueden encontrar dos o tres monedas y destinarlas a la salud de
su alma siguiendo los mismos modelos que los poderosos. Sin embargo las misas perpetuas seguirán fuera del alcance de pueblo llano.
La sepultura
Los ricos a la iglesia y los pobres al cementerio, esa es la regla general en esta época.
No hay que imaginar la sepultura en la época anterior a 1300 tomando como ejemplo las figuras yacientes de las iglesias privilegio de caba-lleros y clérigos. Para la inmensa mayoria el cementerio es su último destino donde se les conduce envueltos en un sudario (los ataudes son casi desconocidos hasta los últimos siglos de la Edad Media). Este cementerio de la epoca no está totalmente cristianizado y es motivo frecuente de disputas entre la iglesia y la comunidad. En efecto, el cementerio es un lugar donde se baila y donde se lleva el ganado a pastar.
A finales del XI pero sobre a finales del XII y del XII se cristianiza el cementerio sobre todo bajo la influencia de ciertas órdenes religio-sas, como los cisterciences, que instalan las linternas de los muertos (torres donde ardìa un fuego dìa y noche no se sabe si para proteger a los muertos o a los vivos de los muertos).
Para la posteridad
Durante siglos las tumbas habìan sido anónimas, a partir del siglo V se perdió la costumbre de poner el nombre del difunto o algo represntativo para identificarlo. La causa más probable fue la perdida de interés por la escritura y por la lectura en esa época. Esto para la mayorìa de la gente pero las tumbas de los santos escapan a esta costumbre. Esta situación dura hasta la primera mitad de la Edad Media, a partir del siglo XII se vuelven a empezar a poner incripciones y a veces efigies. El arte funerario evoluciona hacia una personalización, un deseo de destacar.
La imagen que el hombre tiene del paso al más alla se transforma, aun más radicalmente, a mediados del XIV. Las pompas fúnebres empiezan a interesar cada vez más y se les empieza a dar más importancia en el testamento. La imagen de una muerte teatralizada remplaza poco a poco a la de una muerte organizada por la familia o los allegados donde la muerte es exhaltada y la muerte del cuerpo es ofrecida, como una leccion macabra, a los vivos.
Los habitantes de las ciudades son los primeros en adoptar estas pompas fastuosas y piden cada vez más ser enterrados en la iglesia, se hacen construir tumbas afirmar su individualidad y para dejar constancia de su existencia.
Los habitantes del campo se mantienen un poco al margen de este movimiento « ciudadano » y el cementerio sigue acogiendo la mayor parte de los difuntos.
El deseo de durar se presenta, asì pues, hasta en la muerte. Los principes y caballeros se hacen erigir monumentos funerarios, entonces los demas también. Hay un deseo narcisista de permanecer, de no ser olvidado, de mostrar incluso después de muerto esa ansia nueva de individualismo, de salir de los muertos anónimos. Es tal esta tendencia que incluso los cementerios de la gente normal comienzan a cambiar :Italia descubre el campo santo y sus galerias, el norte de Europa les aîtres como el de les innocents en paris o el aître st maclou en Rouen (tumbas rodeadas por los soportales del claustro donde se apilan los cráneos cohabitando con transacciones de dudosa legalidad).
La peste
Se puede ver ya en el nombre de muerte negra, que se le dió comunmente a la peste de 1348, la expresión del horror que generó. La imaginación popular hizó del peste un personaje representado como un jinete sobre un caballo negro o un gigante que sobrepasaba el techo de las casas de manera amenazadora.
Si lo que primaba es esta época era esa idea de la buena muerte podemos imaginar el choque brutal que la peste supuso. La peste venìa a romper el perfecto orden existente en el paso al más alla, rompìa todas las normas, sin tiempo para confesarse, para prepararse, sin gente que acompañe a los difuntos, etc. la peste es un autentica desgracia que vuelve a europa en sucesivas oleadas, pero la de 1348 fue la más grave.
La epidemia golpea por igual a pobres y ricos, aunque estos intenten escapar de ella huyendo de las ciudades y refugiandose en el campo (como se puede ver en el Decameron).
Esta plaga, divina según algunos, suscita toda una serie de reacciones de pánico :pogroms contra los judios, cortejos de flagelantes deseosos de expiar los pecados del mundo, etc. El hombre medieval se siente impotente, la vida es un juego trágico con unas reglas que se han vuelto inciertas y con un croupier tramposo que es la muerte. Esta imagen de la muerte jugando con la vida del hombre se puede ver claramente en El septimo sello de Bergmann ;la muerte jugando al ajedrez con el caballero. Lo que más desconcierta al hombre de esta epoca es esa brutal irrupcion en su mundo perfectamente ordenado. . La pesadilla de la muerte repentina se vuelve realidad, el horror se instala por todas partes. Cuanta mas gente hay en la aglomeración más fuerte ataca la peste. La familia se desmorona, hay huerfanos por todas partes, viudas, poca gente asiste al funeral o al entierro de sus allegados. Los cadaveres yacen en las calles hasta que son recogidos por las personas encargadas (les corbeaux) en sus carretas precedidas del sonido amenazador de las campanillas.
Pero si hay algo que afecte sobre todo al hombre de la época es la perdida de esa recien descubierta muerte individual. Nada de ceremonias, de funerales, para ricos o pobres. La peste vuelve a conceder a todo la muerte por igual, todos son iguales en la fosa común. Sin embargo la muerte va a aparecer como un personaje autónomo y temible.
Posturas ante la muerte
Diferentes autores parecen estar de acuerdo en que si bien el hombre de todas las épocas respeta y teme a la muerte, en tanto que fuerza de la Naturaleza y hecho inevitable, sin embargo no la teme. Asi Philippe Aries sostiene que el hombre medieval, como sus antecesores no teme a la muerte y que más bien lo que sienten es una especie de sentimiento de fustración, de fracaso. El hombre medieval, que conoce y acepta la muerte, sin embargo no puede evitar sentir una gran frustación ante el hecho de su mortalidad.
Para Aries la diferencia básica es que se pasa de un visión de la muerte como algo inevitable y un resumen de la vida, a una muerte inevitable donde el amor por la vida hace esa muerte insoportable. Y es que en esta parte de la Edad Media el hombre se hace a la idea de que cada uno es único, cada uno tiene una biografia compuesta de: actos, de cosas y seres, etc. Precisamente eso es lo que le hace tan duro morir y separarse de toda esas cosas.
Con la llegada de la peste todo cambia. El hombre sì que teme a la muerte:por su caracter repentino, por la perdida de individualismo, etc.
cómo escapar a la muerte repentina ?
Como ya hemos dicho la muerte invade la literatura y el arte. Ahora bien si los juglares y artistas no dudan en evocar la muerte y jugar con ella en sus obras, en cambio los demás, grandes y pequeños, intentan por todos los medios evitarla. Se crea todo un sistema de gestos místicos cristianizados para conjurar el peligro :proteccion de Santos (el culto de los santos conoce un gran desarollo en esta época sobre todo por esta funcion de protectores sin olvidar la función de ejemplo de vida que le dió la iglesia), se crea toda un culto a la virgen (en tanto que madre de todos los hombres, sobre todo a la piedad) y las reliquias, lo que desato la gran oferta de reliquias de lo más variopintas.
La aparición de lo macabro
La muerte siempre ha estado presente en el arte y en la Edad media aun más, ya sea:le transi (el cadaver medio descompuesto), el esqueleto (la morte secca), las danzas macabras o la muerte triunfal.
Se genera toda una invasión de lo macabro en el arte, en la literatura. Hay una obsesión malsana por la visión del cadaver, la presencia de las muertes dobles, un juego macabro de contraposición entre lo que es (los vivos) y lo que será (los muertos). Este juego de las muertes dobles se puede apreciar por ejemplo en el Dit des trois morts et trois vivants. Tres jovenes de buena familia van de caza al bosque y se encuentran tres muertos que les dicen « tel je fus Comme tu es/et tel que je suis tu seras … ».
Tampoco hay que olvidar las representaciones de las danzas macabras, donde parejas de vivo y muertos bailan al son de la muerte sin importar el rango ni la posición. En realidad, este corro sin fin que es la danza macabra tiene como finalidad recordar la incertidumbre de la muerte y la igualdad del hombre ante la muerte. En esta representaciones no hay agresividad a lo mas sorpresa por parte de los vivos ante el contacto suave de la muerte
La muerte triunfal, montada en un carro o un leon, ya es otro tema. Un enfrentamiento entre la muerte y el hombre, enfrentamiento perdido de antemano. Aquì la muerte es agresiva, montada en un simbolo de fuerza como es el carro o el leon
No hay comentarios:
Publicar un comentario