miércoles, 11 de junio de 2008

INFIERNO

INFIERNO

ILUMINADO EXTRAÑAMENTE
Bajo los demonios perplejos
Arrodillado, esperando la condena
Sintiendo sed de vida
Cargando con un pena ahogada
Rodeado de personas que rumorean rabiosas
Y yo violentamente infeliz
El dolor de mi cuerpo es repetido
Me envenena y me arranca el corazón
Mi cerebro enloquece
Por los picotazos profundos que aluden mi muerte
Flotando en el mar, sin ser visto ni oído
Entre las pinturas naturales de la tierra
Cielo rebelde, nube de fantasías, estrellas sin luz
La luna llena ES invadida tristemente por la niebla
De mi conciencia inmensamente ciega
Espero mi condena y de pronto todo cambio a PERDERME
En trozos repugnantes de carne degradada
QUEDO Quieto sin gestos, ni palabras
Sin origen, ni final….
Anuncian mi condena rayos y UNA terrible voz
Y mi muerte vivirá en sus mentes mi corazón caerá
Y todo este dolor desaparecerá.

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